viernes, 26 de octubre de 2012

CHASIS

Hace poco nos llegó a todos una noticia muy triste, una noticia inesperada y también algo que ninguno de nosotros deseaba que ocurriera.
La discoteca CHASIS cierra definitivamente.
La verdad es que reconocer esta realidad cuesta bastante, pero pensar de que el día 14 de Junio de 2009 será el último día donde veremos en activo esta mítica sala nos hace pensar de que vivimos en unos tiempos bastantes difíciles, y más si hablamos dentro del panorama makinero y hardcore y de las salas que se dedican exclusivamente de este sonido tan nuestro.
Desde 1989 Chasis mantuvo viva una filosofía musical propia, una magia que la hacía inconfundible, fue una de las discotecas más grandes y una de las más recordadas de todos los tiempos, Chasis como bien sabemos, era un lugar mágico, un lugar donde cada noche era inolvidable, era el lugar donde todos los makineros acudíamos para escuchar una de las músicas más grandes inventadas en el pasado siglo, la máquina.
Por esta sala pasaron miles de anécdotas, dj’s de renombre, ganó discos de oro, aparecía en la tele, todo el mundo la conocía, era la marca mítica que solo nombrar su nombre infundía respeto, y para muchos nostalgia.
Yo pensé que llegaría al día donde podría celebrar en esta sala su 20º aniversario, donde en noviembre de este 2009 se llevaría a cabo, pero por desgracia no pudo ser así, y me tengo que resignar, a ser testigo de esta cruda y triste noticia


CHASIS SIEMPRE EN NUESTROS CORAZÓNES!

Entre la tristeza y tus recuerdos me encuentro hoy envuelto en lágrimas.
La incertidumbre es mi única aliada entre estas cuatro paredes que se han convertido en mi refugio de resentimientos. Tu despedida me ha marcado tanto que mis suspiros son cada vez mas profundos y hasta mi fe se ha convertido en desconsuelo. Ya no siento la música, los bailes, la gente, la magia ni esas cuatro paredes que en tantas ocasiones fueron testigos de nuestro deseo.
Por ti se tornaron realidad mis mas grandes anhelos, y hoy sin tu presencia mi alma no haya fuerzas para construir otros nuevos. Te llevaste mi corazón quizás sin saberlo, y no te diste cuenta que dejaste un ser colgado de tus recuerdos....
Ya mi espalda no resiste el peso de tu ausencia, el deseo ir a verte, y de vivir tus mágicas noches se harán cada día mas imprescindibles y aun entre tristezas te confieso que no habrá mejora en mi sentir hasta que el milagro de tenerte no sea real de nuevo... pero siempre me quedará tu precioso recuerdo.



A.C.T.V.- Valencia

ACTV, abierta en 1987, uno de cuyos primeros disc-jockeys fue Fran Lenaers, fue liderada por otro gran DJ valenciano como fue Arturo Roger. Se encontraba en la Malvarrosa, en la misma arena de una playa que aún no disponía de paseo marítimo. Estaba situada en un llamativo edificio histórico conocido como Termas Victoria, de ahí el nombre (Actividades Culturales Termas Victoria, aunque hubo un tiempo donde se extendió el nombre de Arturo Controla Toda Valencia), en el cual se alojaban también con anterioridad otros locales como Tropical y en la parte superior Casablanca. Apostó en sus inicios por sonidos más frescos. Arturo Roger, como DJ de sus sesiones principales, que en sus inicios fueron las de after-hours de sábados y domingos, introducía new beat, que se trataba de algo así como una mezcla de EBM y techno con el toque de distorsión del "sonido ácido" tan en boga por entonces, y acid house. Ambas eran, como ya se menciona, dos nuevas corrientes musicales surgidas a finales de los 80 y que tuvieron gran repercusión en el llamado «verano del amor» de 1988. El new beat se extendió rápidamente por otras salas valencianas al uso como Spook o Espiral, y el acid house también pero en menor medida, principalmente en Puzzle. Ambos estilos musicales se añadieron al combinado pop, techno-pop, ebm y techno habitual de la sala. Es decir, ACTV seguía siendo una discoteca abiertamente ecléctica. Ecléctica tanto musicalmente como en cuanto a clientela, ya que reunía uno de los públicos más peculiares de Valencia. Desde personajes famosos camuflados entre el aforo a noctámbulos empedernidos.


Otros DJs posteriores a Arturo Roger, quien marchó a pinchar a Barraca, fueron DJ Josel (también DJ de la discoteca Zona), el malogrado Manolo el Pirata, que adquirió gran relevancia por su refinada técnica a los platos, o Manolo el "Machaca". Aunque la época de mayor esplendor popular de ACTV en el país coincidió con la época de la decadencia musical de la ruta, cuando esos sonidos habían derivado en música simple y embrutecida, la llamada música mákina, ya casi desde sus inicios en 1987, ACTV fue considerada como una de las principales salas de la Ruta Destroy y una cita casi obligada durante los domingos a partir de la tarde. No en vano, al tratarse durante buena parte de su existencia de la última sala importante en cerrar el fin de semana, se convirtió en lugar de reunión de la gente más importante de la noche valenciana. Tuvo sus sesiones after-hours de sábados y domingos por la mañana y tarde, entre otras, y empezó a la estela de otra sala de la Malvarrosa, situada en la misma calle Eugenia Viñes, llamada Coliseum, la cual fue liderada por Fran Lenaers y también polo de reunión de los personajes más destacados de la movida, y que tuvo notable importancia durante un par de años, si bien acabó cerrando alrededor del año 1988, e incluso el propio Clemente Martínez, ligado a Spook y NOD intentó abrirla como NOD Coliseo. Ya a finales de los 80, ACTV acabó especializándose y concentrando al público más "rutero" en sus sesiones de domingos tarde-noche a lunes por la mañana. Los amaneceres desde ACTV frente al mar prácticamente a pie de playa se hicieron muy populares. Otra peculiaridad de esta sala es que llegó a abrir durante una temporada los lunes por la tarde.

CENTRAL ROCK

Central abrió sus puertas en febrero de 1989. La nave estaba pintada exterior e interiormente con cal blanca, la entrada estaba justo donde esta la actual salida. Enfrente de dicha entrada había un escenario, a la derecha estaba la cabina en alto, debajo de la cabina había otra barra y justo enfrente, a la derecha del escenario otra barra. A la izquierda del escenario había motor con una hélice que hacia las labores de ventilación de la discoteca. Las paredes interiores además de estar pintadas de cal blanca, tenían unas ondulaciones en color negro imitando las olas del mar. Dejando la entrada y dando unos pasos al frente mirabas a la derecha y había una cortina gigantesca negra, detrás de esa cortina se encontraba el garden. Alrededor de todo el garden había dos gradas de cemento, y el suelo era de gravilla. Hasta aqui una breve descripción de lo que eran las instalaciones de la discoteca en sus inicios.

Central empezó con tendencias "gótico-guitarreras" de la época de los 80. En las sesiones de DJ Rojo sonaban grupos como The Cult, Aimless Device, Gun´s n Roses, The Cramps, Meteors, Alien Sex Fiend....Poco a poco fueron mezclando guitarras con la denominada música "Meska" Front 242, Nitzer Ebb, The Crippers, Clik Clik etc... al tiempo que sonaba lo mejorcito del Pop... Peter Murphy, The Essence, Vicious Pink, Midnight Oil, etc... 

Parece ser que central siempre estuvo predestinado a seguir la trayectoria actual pues cuando más reventaba el personal era cuando de sus altavoces salían esas atronadoras bases que no te dejaban tocar el suelo. 


Por otra parte, el privarse de estos temas "super-pelotazos-rompepistas" le daba a Central una Identidad propia, Carisma, Estilo, en resumen... Vida propia. 
Ahora bien... Central tenía medios más que suficientes y sobre todo "oídos" para captar tanto makinas de la época (verdaderos dueños en cuanto a ese aspecto se refiere) como para captar "cantaditas" que después las demás discos se darían de hostias para pillarlas. Después del pepinazo que pegó el Viva Alemania llegarían los "Energía" y "Ritmo de la música". En esta ocasión ambos temas llevaban sello murciano "Pink Records" con Javi Golo al mando, bajo la supervisión de DJ Justo tanto en estos como en los otros discos. 
Estos temas fueron muy esperados tanto por los clientes de Central, como por los Dj´s en general, ya que si era producción by Central, era movimiento de cuerpos asegurado, por lo que en cualquier punto de la geografía podías escucharlos. Estos temas se caracterizaban por el juego de sonidos y cambios de ritmo dentro del cuerpo de la canción, haciendo que fuese casi imposible meterle algo encima, como por ejemplo usarlos de base para acoplarles una cantadita. De este modo nos encontramos con que eran temas que sonaban de principio a fin sin que se vieran afectados por otra música (si te decides a ponerlo, piensa que lo tienes que dejar rular hasta el final, o al menos no quitarle vida chafandolo con otro) de ahí que entrara tan bien a los oídos de los que en aquella época pudimos disfrutarlos en todo su esplendor. -1996 Llegan Dj Nano, Dj Jose Antonio y Javi Boss




PUZZLE.- Valencia


En aquellos años en que la ruta alcanzó su cima, en el triángulo que formaban Puzzle, Barraca y Chocolate llegaban a concentrarse hasta 14.000 personas y eran habituales las interminables hileras de coches junto a las acequias y caminos del parque natural porque no cabían en los aparcamientos de las discotecas.
Luis Bonías, vinculado al mundo de la música, fue de los primeros disckjockey que pinchó en Puzzle. «Empecé con 14 años», recuerda. Bonías que también pasó por las mesas de mezclas Spook, ACTV o Barraca, rememora la música alternativa de los primeros años y la masificación posterior, con sonidos más comerciales. También recuerda como eran los domingos por la mañana en Puzzle.
«El día era parte de la fiesta, se apostaba por abrir las persianas, para que entrara la luz, había que destacar precisamente eso que era de día». «Venía gente de muchos sitios, de Alicante, de Albacete, de Madrid, pero cuando se masificó y hubo un exceso de oferta llegó el final», explica.
Fueron años de sesiones eternas que llegaron a enlazar fines de semana completos y que se iniciaron a mediados de los años 80 con el estallido de la música electrónica, modernos haces de luz, sonidos estridentes y pinchadiscos convertidos en estrellas. Una época en la que aún primaba la búsqueda de libertad en un país quetodavía se desperezaba de 40 años de dictadura.

Un modelo excesivo de fin de semana, de viernes a domingo, sin ningún tipo de control para el que hacía falta un empuje. Un terreno abonado para que las drogas camparan a sus anchas. Primero fue la mescalina, y después el speed, la cocaína o drogas de diseño como el extasis estimularon junto al alcohol los fines de semana de miles de jóvenes. «Había mucho trasiego del aparcamiento a la discoteca, eso siempre era habitual», explica otro de los disckjockey de Puzzle.
Tras el fulgor de aquellos años en los que el sonido Valencia alcanzó fama internacional, la década de los 2000 supuso el final de la ruta que atraía como un imán a miles de jóvenes hasta Sueca, el Perelló y les Palmeres todos los fines de semana.
El año 1994 marca el declive, señalan. La generalización del fenómeno del botellón, el cambio de modas y sobre todo un mayor control policial del tráfico en esa carrtera y del consumo de estupefacientes, acabaron por enterrar definitivamete la ruta destroy, un término con el que se conoció aquel modo de entender la fiesta, y que da una idea de la radicalidad con la que muchos vivieron la fiesta aquellos años.

El ocaso de Puzzle, que baja el telón con dos sesiones de fin de semana previstas para el 29 y 30 de octubre, supone el epílogo definitivo a toda una época, la de la llamada ruta del bakalao, que, como la movida madrileña en los 80, marcó un hito en su apogeo a mediados de los 90 con salas como Puzzle convertidas en una especie de catedral de la modernidad para miles de jóvenes.
La discoteca, que dejará paso a un supermercado de la marca Consum, ya hizo el primer amago de cierre a finales de 2007. La gestión cambió de manos y en los últimos años mantuvo sus sesiones en fechas relevantes pero sin una periodicidad estable. En plena decadencia, Puzzle fue adquirida por el grupo Vidal. Su propietario, Juan Vidal, tenía intención de abrir un centro comercial, pero la crisis le obligó a dar marcha atrás y finalmente será la firma Consum la que convierta el inmueble en un supermercado.

BARRACA.- Valencia


Barraca, la legendaria Barraca de Les Palmeretes, la reina de la «ruta destroy» y pionera de la vanguardia musical, comenzó como discoteca con bola de espejitos, música lenta y flamenco. Eso era en mitad de los sesenta cuando un belga llamado Alberto aterrizó por aquel paraje virgen e idílico, cercano a la playa y rodeado de campos de arroz y se le ocurrió la idea de reformar una aislada barraca valenciana en un típico «night club» para el público de los pueblos cercanos y las primeras «guiris» de la desconocida Europa del Norte.
Pasaría mucho tiempo antes de que dos adinerados agricultores y vecinos de Sueca, Constancio Cotanda y Salvador Olmos, se la compraran a su propietario y comenzaran una transformación que la iría conduciendo hasta su reinado.

Uno de sus primeros disc jockeys fue Juan Santamaría, de repetidas apariciones en estas crónicas porque se recorrió buena parte de los locales de moda valencianos. Con él Barraca comenzó a dar un tímido giro hacia el estrellato, aunque aun pasaría tiempo antes de que Carlos Simó, un estudiante de arquitectura, batería de grupos como Paranoia Dea, Anaconda o Salamandra y camarero del club junto a su novia Pilar Lleonart, tuviera que hacerse cargo de la cabina en 1977 para sustituir a su último ocupante. Tampoco podemos olvidar a Blady, un personaje singular que como alma mater y relaciones públicas influyó de forma decisiva en aquel proceso inédito, transgresor y atrevido.
Con Simó, que el pasado sábado volvió a pinchar en la legendaria Barraca en uno de esos «revival» que se suceden a menudo para rendir tributo nostálgico a los locales de nuestra vida, se inició el verdadero cambio. Fue eliminando la música lenta y el flamenco y comenzó poco a poco a sustituir a Gloria Gaynor y Donna Sumer por los Sex Pistols, Happy Mondays y toda la música alternativa importada directamente de Londres.
Esa osadía fue determinante. Barraca, ya metidos en los ochenta, comienza a ser frecuentada por gente estrambótica y diferente, gente que huía de la normalidad estética y de costumbres imperantes, que se encuentran en su salsa. Aparecen los primeros «drag queens» , se programan conciertos de grupos como New Model Army, Tino Casal, Killing Joke o Comité Cisne. Se suceden las «perfomances» que dan colorido, espectáculo y ambiente de modernidad y aparece en escena Jorge Albi y su programa de Radio Color «La Conjura de las Danzas» que lidera la programación de música alternativa en Valencia.
Se acabó aquello de que las sesiones las cerrara la pareja de la Guardia Civil con capa y tricornio mientras sonaba el My Way de Nina Simone como sintonía de cierre.

Movimientos musicales como la «new wave» o los «new romantics» se hacen fuertes en Barraca, en donde, junto a los más modernos del entorno. es fácil encontrarse a Francis Montesinos, a los componentes de La Dama se Esconde, Radio Futura, a Loquillo o a cualquier personaje de la «Movida» que por entonces, mitad de los ochenta, se encuentra en la cresta de la ola.
Con el éxito de Barraca van naciendo, Chocolate, Espiral, Isla, ACTV y toda una serie de discotecas que rompen moldes e implantan una nueva forma de vivir la noche para aquellos que ya se han decidido por una nueva forma de vivir. En 1987, Carlos Simó deja Barraca y se instala muy cerca, en la discoteca Bunker que reforma y convierte en Puzle, otro de los referentes discotequeros más influyentes del momento.
Pronto aparece en escena una denominación que acabará hundiendo el negocio, la de la Ruta del Bakalao que atrae las miradas de la sociedad, los medios de comunicación y las autoridades por su connotación con las drogas, el libertinaje extremo y toda una serie de peligros y actitudes peligrosas que dan una fama más allá de nuestros límites locales que no gusta nada a casi nadie.
Barraca, pese a la decadencia, sobrevivió y sobrevive aún, cuarenta y cinco años después de su inauguración y tras varias remodelaciones, casi siempre para ampliarla debido al éxito cosechado a lo largo de tantos años.

jueves, 25 de octubre de 2012

SPOOK FACTORY



Sobre los cimientos de la discoteca San Francisco de Pinedo, uno de aquellos locales tranquilos para parejas discretas de los sesenta, en la Navidad de 1984, surgía lo que iba a ser todo un símbolo del ocio con denominación de origen Valencia, para romper de forma drástica con las fórmulas convencionales predominantes en las discotecas urbanas. Spook Factory estaba llamada a ser una discoteca de culto, a donde se iba en peregrinación para vivir mucho más que una experiencia discotequera de fin de semana.
Sus propietarios fueron, Bernardino Solís, Enrique Chornet, Toni Garrido y como gerente Félix Gabaldón, quien quedaría tan identificado con la discoteca que aun hoy se le recuerda como Felix Spook. Algún tiempo después se les uniría el conocido empresario Carlos Barrientos.
Varias fueron las razones que marcarían el camino del éxito de la discoteca. Una, porque estaba fuera de la ciudad pero a pocos kilómetros, lo que le proporcionaba un plus de libertad, lejos de miradas y controles inquisitorios. Barraca y Chocolate, que arrasaban cada fin de semana ya quedaban demasiado lejos,

Otra razón poderosa que le dio el poder a Spook fueron sus horarios absolutamente transgresores y totalmente contra corriente. Los viernes abrían a las 12 de la noche y cerraban a las 4, pero aprovechando los resquicios y vacíos legales en materia de horarios, volvían a abrir a las seis, con la salida del sol y ahí ya era la locura. Hasta 4.000 personas llegadas de todas partes se daban cita a partir de esa hora hasta el mediodía del sábado, inventando con ello las sesiones 'after-hours'.
La afluencia de público se multiplicó cuando, al poco de abrir, las dos reinas de "'la Ruta Destroy', Barraca y Chocolate, tuvieron que echar el cierre durante dos meses por denuncias del Ayuntamiento de Sueca en cuyo término se encontraban.
Y la música. No hay que olvidar la música como elemento clave. Nada de funcky ni de pop-rock al uso. El tecno, la música alternativa y la vanguardia innovadora europea llenaban la pista con sus ritmos duros y machacones, lo que unido al ambiente denso y oscuro y a la futurista iluminación por laser para la época, hacían de Spook la discoteca más psicodélica del momento.
Y llegado a este punto hay que hacer un alto para hablar de la cabina, que era como un laboratorio de mezclas, sonidos y pruebas absolutamente inéditas. El primer disc jockey fue Juanito Torpedo, un grande reconvertido hoy en promotor artístico. Fran, Pakito Vinilo, Juan Carlos Rufian, entre otros muchos, ocuparon la residencia de su cabina a lo largo de los años, pero quien desde luego se ganó a pulso la admiración y el respeto de todos los públicos fue Fran Lenaers, por su dominio de los platos y vinilos y porque, dotado de una gran técnica para las mezclas, fue por delante de modas y corrientes.


Detrás de la marca Spook, en sus inicios, hubo un equipo de destacados cerebros con mucho talento en el mundo de la moda valenciana como eran, Valentín Herráiz, Javi 'Guayquemola' y un ya triunfante Francis Montesinos, que manejaban los hilos de la imagen y la promoción de aquel santuario alternativo.
Y entre el equipo de relaciones públicas se encontraban, entre otros y en distintas épocas, Clemente Martínez, Ángel Armero, Luis Montoro, Jesús 'el Moderno', El Tigre o Álex Selfa, que hacían un gran trabajo. Algunos de ellos continuarían en la brecha durante años.
Su fama traspasó fronteras y así no era extraño que por Spook Factory pasaran personajes como los Simple Minds, The Comunards, Tino Casal, Loquillo, Enrique Búmbury y sus Héroes del Silencio, Miguel Bosé, Pedro Almodovar o Javier Bardem entre centenares de relevantes nombres propios.
Spook Factory fue durante muchos años una válvula de escape de adrenalina, en donde no faltaron las drogas que tanto daño acabaron haciendo a la movida y a la 'Ruta del Bakalao', pero en la memoria queda aquel reducto de ocio avanzado a su tiempo que todavía provoca páginas y páginas de admiradores en blogs especializados, foros y redes sociales.

CHOCOLATE


En un antiguo secadero y almacén de arroz de la ciudad de Sueca, en concreto en una de sus pedanías, Les Palmeres, nacía tras el verano de 1980 la discoteca Chocolate Cream. La apariencia que se le dio a la sala producía gran curiosidad por su estética, ya que estaba inspirada en la casita de chocolate que aparecía en el cuento de Hansel y Gretel. Los chorretones de nata y chocolate (aún visibles hoy en día en algún punto de la discoteca) y la decoración interior le daban un toque de fantasía que servía a los allí presentes como evasión del mundo real al que estaban ligados de lunes a viernes.

Unos pocos años después, la discoteca pasa a denominarse simplemente Chocolate y se reforma para darle una mayor importancia a la pista de baile. En esa época, el responsable de la música que sonaba en Chocolate, el dj, era Toni Vidal, conocido popularmente como Toni “El Gitano”.


El éxito de Chocolate produciría que en la noche valenciana comenzaran a surgir nuevas propuestas para los jóvenes. En 1984 aparecería en Pinedo otra sala legendaria, Spook Factory. Musicalmente se situó a medio camino entre Barraca y Chocolate, aunque más cercana por su oscuridad y su toque gótico a ésta última. Poco después vendrían las demás, Puzzle, Espiral, ACTV, NOD, Heaven…
En 1986 se produciría un hecho que haría que Chocolate se transformara sin duda en una de las salas más veneradas por todos los festeros ya no solo de Valencia, sino de todo el estado. Proveniente del primer after de la ciudad, Looping, y sin haber cumplido aún la mayoría de edad, llegaba a la cabina de Chocolate el que por muchos años sería su dj residente, Jose Conca.




Llega el final de la década y Chocolate ya es plenamente reconocible con su famoso logo del soldadito y con su himno. 
En 1993 Chocolate marca un nuevo hito al convertirse en la primera discoteca del país en poner a la venta en toda España una sesión grabada en directo en la propia discoteca. Ese primer recopilatorio se llamó “Chocolate en Directo” y fue pinchado mano a mano por el residente de la sala, Jose Conca, y Víctor Pérez, dj.
En 1993 es cuando se realiza el primer reportaje sobre la noche valenciana. El famoso documental de Canal + “Hasta que el cuerpo aguante” mostraría a los espectadores una imagen bastante desvirtuada de lo que en realidad era el salir de fiesta en Valencia. Desde los medios se comenzó a nombrar tal fenómeno como “Ruta del Bakalao”, denominación que los propios valencianos ni utilizaban ni aceptaron en adelante.

Los años duros llegaban a la noche valenciana tras el nuevo interés mostrado desde la prensa y ahora por los políticos. El tema de la “ruta del bakalao” sirvió a los políticos de la época como medio para desviar las miradas sobre asuntos más importantes. Según ellos, qué había más importante que el futuro de la juventud española. Así pues, los políticos que hasta ese momento se habían mostrado ya no impasibles sino permisibles con todo el fenómeno valenciano se convirtieron en bandera de la lucha contra todo lo relacionado con la “ruta del bakalao”.

Desgraciadamente, los años 1996 y 1997 se produjo una gran crisis de público en la mayoría de discotecas de la zona, debido sobretodo a la implacable persecución tanto mediática como policial a la que los jóvenes se veían sometidos. Esta persecución provocaba el que la juventud dejara de coger el coche para salir de fiesta y se decantara más por quedarse en la ciudad. Así, muchas de las salas que tan solo años atrás estaban siempre llenas tuvieron que cerrar sus puertas. La primera, un tiempo atrás, fue NOD, después vendrían otras clásicas como Espiral, Heaven, ACTV, Spook y Barraca. De las importantes solo sobrevivirían Chocolate, Puzzle y The Face.

A pesar de la crisis que vivía el sector, Chocolate seguía con su público y con su estilo único de música. De pronto, el año 1998 se iba a convertir en una nueva gran época para la discoteca. Coincidiendo con el lanzamiento del recopilatorio Chocolate mix 3 que de nuevo incluía una sesión de la discoteca, Chocolate vuelve a convertirse en la sala nº 1 de Valencia.
Durante los dos últimos años del milenio, el 99 y el 2000, Chocolate seguiría en lo más alto. Los dos recopilatorios publicados en esos años, el Chocolate 4 y el Chocolate 5, serían de nuevo un éxito total de ventas; y es que era prácticamente imposible salir un día a la calle en Valencia y no oír algún coche con estos cds sonando en sus equipos.